Se dice cuando alguien hace o dice algo fuera de lugar, sin nada que lo motive o justifique. Esta expresión tiene su primera referencia en un relato breve culto de Francisco de Quevedo titulado Cartas del Caballero de la Tenaza, que se publicó entre 1606 y 1613.
"No pagaré yo en mi vida a vuesa merced el buen concepto que de mí ha tenido sin ton ni son; porque, según las niñerías que por su papel me pide, sin duda me ha juzgado por un Fúcar o por siete. Cosas leí que aún no las he oído nombrar".
Es una expresión muy utilizada, tanto en la lengua oral como la escrita, y de uso actual.
A lo largo de la literatura española hay numerosos ejemplos de su uso.
"Como eso de saludar en la calle sin ton ni son, que me ponías enferma"
Cinco horas con Mario, Miguel Delibes.
Nelly Delluci atravesó alambradas y pastizales en busca de un campo de concentración llamado La Escuelita, pero el ejército argentino no había dejado ni un ladrillo en pie.
Toda la tarde anduvo buscando en vano.Y cuando más perdida estaba en el descampado, deambulando
sin ton ni son , Nelly vio el molino.Lo descubrió de lejos.Al acercarse, escuchó la queja del molino azotado por el viento, y no tuvo dudas: -Es aquí.
Bocas del tiempo, Eduardo Galeano